Los colegas de "El jueves" se han hecho eco de las declaraciones en exclusiva de la viuda de la mosca asesinada por Obama:
«Estoy harta de leer "la mosca de Obama" en la prensa», llora una viuda desconsolada, de riguroso negro (traía el luto incorporado de serie): «Tiene un nombre. Se llama Harry. Deja viuda y 4.759 hijos, en estado larvario, que nunca conocerán a su padre». Estas palabras no han hecho sino agravar la conmoción que sume a los insectos de Estados Unidos y el mundo entero. Las imágenes del momento en que Barack Obama se quita la máscara de pacifista enrollado y se ensaña con una inocente mosca cojonera (género muscida genitalica) han quedado grabadas en los ojos compuestos de trillones de invertebrados. «Para mí, ha sido un desengaño», declara la viuda de Harry. «Mi marido, precisamente, era fan de Barack. Nos decía: "Ese tipo me inspira confianza" y "su victoria abre la puerta a un mundo con igualdad de oportunidades"». El sueño de un mundo mejor, sin embargo, murió en la palma de la mano de Barack Obama. Que no sea el primero de una larga lista de desengaños.
